“La vida fue mi escuela, entre la calle y el escenario aprendí música y hoy es mi intención transmitir todo ese conocimiento”, dice Naná Vasconcelos, uno de los mayores percusionistas brasileños y un músico con una conmovedora historia para contar. “Fui muy pobre y nunca tuve escuela, todo lo aprendí en la calle. A los doce años ya era profesional y recuerdo que tocaba en cabarets con autorización de la policía, y en los entreactos, como era menor, debía salir y quedarme en la calle hasta volver a tocar”, cuenta, antes de dar su workshop en Notorious”.
Autora:
Patricia Vasconcelos
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